Está claro que una vez encendidos los rodenadores, los siguientes 20 minutos son de trabajo personal, cada uno explora los materiales propuestos a su aire, cada uno a su ritmo. Hacia las 17:55, cuando escribo estas líneas, empiezan las conversaciones en los grupos, sube el tono de la conversación. 18:40 todos los grupos en animada discusión sobr las casillas de la rúbrica elegida.19:05 Silencio, solo se oye teclear, de vez en cuando alguna frase en voz baja...
Parece que el planteamiento de la dinámica de trabajo que llevamos ya tiene su propia dinámica: Fase de lectura, fase de comentario y realización de la tarea y fase de redacción en el blog del resultado final.
También en lo que respecta a la metaclase, quiero recordar el comentario que me hizo un estudiante del curso pasado:
"es que hay mucha diferencia entre los que tienen una base y otra"
(aprox.). Y es totalmente cierto, es muy distinto ser hábil con blogs y
demás que poco experto... pero eso pasa con cualquier metodología y
cualquier contenido. Siempre hay alguien que sabe más y está más
motivado y quien sabe menos, el que es más espabilado y el que no lo es
tanto. Lo que pasa es que en una metodología pasiva no se nota, la cara
de hacer como que escuchas es igual para unos y para otros, pero el
discursito proporcionado de la tarima les vendrá a unos grande y a otros
chico; y ahí no hay nada que hacer. En la metodología activa esas
diferencias se hacen patentes, lo que permite intervenir adecuadamente:
dedicar más atención del profesor a quién más lo necesita, hacer grupos
en los que unos estudiantes puedan aprender de otros (y viceversa, por
que no hay mejor forma de fijar un contenido que tenerlo que explicar).
Vamos, que lo que se podía interpretar como una crítica a mi me ha
reafirmado aún más en la metodología que usamos. ¿Cómo lo véis?
Lo importante del ejercicio era reflexionar sobre las rúbricas, no la que se escogiera como ejemplo en el que trabajar.
Una rúbrica se puede entender como una forma de explicitar lo que un profesor entiende como "un trabajo bien hecho". Esto dependerá de muchas cosas, no es lo mismo para 1º de la ESO que para último año de un ciclo formativo. También depende del profesor, no todos damos la misma importancia a las mismas cosas. Una de las tareas que han tenido que hacer los estudiantes a lo largo de los años es "adivinar" cómo le gustan las cosas a cada profe. ¿Por que´no darlo explícitamente? Eso suele redundar en un aumento de la calidad de los trabajos, ya que lo realizan más seguros y en las direcciones que el profesor aprecia más.
En las conversaciones "personales" grupo a grupo he intentado llamr la atención sobre las dificultades de esta herramienta: la dificultad de apreciar matices, de mantenerse
objetivo en las apreciaciones, la generación de una "nota" final de la
que quedarse satisfecho... Otros métodos de
evaluación los tenemos mucho más interiorizados, al menos como
"sufridores", y nos parecen mucho más "naturales" por eso. Espero que el
contacto con esta nueva posibilidad (mucho más adecuada para
actividades) sirva, cuando menos, de semilla para la reflexión y el
eventual cambio en los procesos de evaluación.
Totalmente de acuerdo con la metodología activa. Esperemos que no se nos olvide cuando lleguemos a dar clase...
ResponderEliminarPues si....yo no me veo mucho echando discursitos! ;)
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